La medicina familiar es una especialidad médica que abarca un amplio espectro de disciplinas. Desde la medicina interna, la cirugía, la ginecobstetricia, la pediatría, la salud mental y la salud pública. En esta especialidad el médico familiar se encarga de ofrecer una atención integral a la familia. Su labor está dirigida a la prevención, identificación y resolución de problemas de salud.
No solo se trata del abordaje de la salud del individuo, sino de su familia, abarcando las cuestiones biológicas, clínicas y de comportamiento. Es una forma muy noble y completa de incluir a todos los individuos, a ambos sexos, órganos y enfermedades. El médico familiar enfoca su atención en el paciente como en un todo, no como la suma aislada de sus partes.
La relación entre paciente y médico es más estrecha y continua. De hecho, antes solía conocérsele como “médico de cabecera”, porque tenía un conocimiento completo de cada paciente. Esto no solo se refiere a la atención de diferentes enfermedades, sino también a otros aspectos importantes. Por ejemplo, cuestiones psicológicas o sociales que pudiesen afectar o incidir en su salud, incluyendo temas familiares.
El médico de familia no solo se enfoca en el tratamiento de enfermedades, sino en su prevención. Da especial importancia a los chequeos que requiere cada persona de acuerdo con su edad, sexo o factores de riesgo. Algunas de las enfermedades más frecuentes son el asma, la artrosis, la diabetes, la obesidad, el estrés. Pero también la hipertensión arterial, afecciones cutáneas, enfermedades gastrointestinales, hipotiroidismo, etc.
Sin duda, es sumamente valioso contar con un especialista sanitario de este tipo. Porque de esta manera se convierte en la primera línea de atención para cada paciente. Y que en caso de ser necesario, podrá derivarlo a otro especialista, gracias a su atención oportuna y puntual.